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Descifrando el ratio Precio-Ganancia (PER): Qué es, cómo se calcula y cómo se interpreta

El ratio precio-ganancia, más conocido por sus siglas en inglés, PER (Price-Earnings Ratio), es una de las herramientas fundamentales en el análisis financiero de empresas cotizadas. Conocer su significado y su interpretación es clave para entender el valor real de una empresa y tomar decisiones de inversión.

¿Qué es el PER?

El PER es una medida financiera que nos da una idea de cuánto están dispuestos a pagar los inversores por cada euro de beneficio neto que genera una empresa.

En otras palabras, representa la cantidad de veces que el beneficio de una empresa está contenido en su capitalización bursátil, es decir, en el valor de mercado de sus acciones.

¿Cómo se calcula el PER?

Calcular el PER es relativamente sencillo. La fórmula es:

PER = Precio de la acción / Beneficio por acción

Donde:

  • El precio de la acción es el valor de mercado de una acción individual de la empresa.
  • El beneficio por acción (BPA) es el beneficio neto de la empresa dividido por el número total de acciones.

Por ejemplo, si una empresa tiene un beneficio neto de 10 millones de euros y ha emitido un total de 1 millón de acciones, el BPA es de 10 euros. Si el precio actual de la acción es de 150 euros, entonces el PER de la empresa sería 150/10 = 15.

¿Cómo se interpreta el PER?

El PER es una herramienta de comparación muy útil que permite a los inversores medir la relación entre el precio de una acción y el beneficio que genera. Pero, ¿qué es un buen PER y qué es un mal PER?

A priori, un PER más bajo podría sugerir que la acción está «barata» en relación a sus beneficios, mientras que un PER más alto podría indicar que la acción está «cara». Sin embargo, la interpretación del PER no es tan sencilla y no se debe utilizar en solitario.

Por un lado, un PER alto puede ser indicativo de que los inversores esperan que la empresa tenga un fuerte crecimiento en sus beneficios en el futuro. Por lo tanto, están dispuestos a pagar un precio más elevado por sus acciones hoy.

Por otro lado, un PER bajo puede indicar que el mercado tiene pocas expectativas de crecimiento para la empresa, o que la empresa tiene un riesgo más alto. También puede ser un indicio de que la acción está infravalorada o que estamos hablando de una empresa cíclica cuyo PER y beneficios están condicionados por las condiciones macroeconómicas (empresas petroleras, de materias primas…).

Es importante tener en cuenta que lo que se considera un «buen» PER puede variar dependiendo del sector y del contexto económico. Por ejemplo, las empresas de tecnología a menudo tienen PER altos debido a las altas expectativas de crecimiento.

En resumen, el PER es una herramienta valiosa para los inversores a la hora de evaluar empresas cotizadas, pero es sólo una pieza del puzzle. Siempre debe usarse en conjunto con otros indicadores y en el contexto de una comprensión más amplia de la empresa y su entorno.

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